Xavier Villaurrutia
(Ciudad
de México, 1903 – 1950)
Nocturno grito
Tengo miedo de mi voz
y busco mi sombra en vano.
¿Será mía aquella sombra
sin cuerpo que va pasando?
¿Y mía la voz perdida
que va la calle incendiando?
¿Qué voz, qué sombra, qué sueño,
despierto que no he soñado,
serán la voz y la sombra
y el sueño que me han robado?
Para oír brotar la sangre
de mi corazón cerrado,
¿pondré la oreja en mi pecho
como en el pulso la mano?
Mi pecho estará vacío
y yo descorazonado,
y serán mis manos duros
pulsos de mármol helado.
Tengo miedo de mi voz
y busco mi sombra en vano.
¿Será mía aquella sombra
sin cuerpo que va pasando?
¿Y mía la voz perdida
que va la calle incendiando?
¿Qué voz, qué sombra, qué sueño,
despierto que no he soñado,
serán la voz y la sombra
y el sueño que me han robado?
Para oír brotar la sangre
de mi corazón cerrado,
¿pondré la oreja en mi pecho
como en el pulso la mano?
Mi pecho estará vacío
y yo descorazonado,
y serán mis manos duros
pulsos de mármol helado.
Nocturnos (1933)
La
visión de la muerte que transmite el autor resulta aterradora, pero al mismo
tiempo humana. Parece un poco fantasmagórica, hasta el punto de no saber si es
un sueño o si es realidad.
Claudia Tomás 2º ESO E
El
poeta demuestra no tener ningún miedo a la muerte. Alude a ella con mucha
habilidad, y más teniendo en cuenta que la caracteriza como un fantasma sin
aspecto físico ni apariencia.
Alumno anónimo 2º ESO E
Me
cautivan la metáfora del mármol helado referida a la lápida y ese miedo a no
poder gritar ni sentir su corazón antes de que muera.
Alumno anónimo 2º ESO E
Este
poema muestra la inseguridad y la confusión que se experimentan antes de morir.
Óscar Pueyo, 2º ESO D
Las
preguntas retóricas hablan por sí solas.
María Rodellar, 2º ESO D
Comentarios realizados
por alumnos del IES José Mor de Fuentes de Monzón.
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