Antón
Castro (Arteixo, A Coruña, 1959)
LA BELLEZA
A Ángel Guinda
C
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uántas veces me pregunto cómo se escribe un bello poema. ¿Con palabras,
con ideas, con las formas apacibles de la música? A veces, cuando se instala la
noche en las higueras y en los setos, miro el cielo: parece una trama oscura de
enigmas, un campo de estrellas y de nubes informes. A lo lejos veo algunas
luces, a lo lejos se oyen los zumbidos de la aviación; cerca, como un faro
inesperado, se alza un depósito de aguas que tiene algo de tótem. Me siento
ante el ordenador y observo un instante a través de la ventana. Busco palabras.
Busco sensaciones precisas, metáforas, el estremecimiento del cierzo en el
nogal. Busco los pájaros desvelados que cantan. Apago la luz y me quedo ante la
pantalla vacía. Miro y miro afuera: el muro de setos, el guindo, el velador
bajo los pinos. Miro y miro, y no se me ocurre nada.
Antes de cerrar el ordenador, me he vuelto a
preguntar:
¿cómo se escribirá un bello poema? ¿Será cierto que te lo dicta la noche
cuando menos lo esperas?
Vivir del aire,
2010
“Antón
Castro vive en nuestro pueblo, Garrapinillos.
Nos ha
gustado leer este poema en prosa, que habla de la inspiración y de cómo la busca
en todo lo que le rodea.
¡Qué
ilusión! Nos habla de ambientes familiares para nosotros (el ruido de los aviones
de la base aérea, el muro de setos del parque, las higueras, el depósito del
agua, el cierzo...).
Nos
ha sorprendido su sinceridad: hay que esforzarse en mirar alrededor y tener
paciencia.
¡Pero al
final escribió el poema!”
(Alumnos de
1º ESO,
IES Pedro Cerrada - Utebo)
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