domingo, 1 de diciembre de 2013

Nº 1 Poesía para llevar


«Los muertos van de prisa»,
el poeta lo ha dicho;
van tan de prisa, que sus sombras pálidas
se pierden del olvido en los abismos
con mayor rapidez que la centella
se pierde en los espacios infinitos.

«Los muertos van de prisa»; mas yo creo
que aun mucho más de prisa van los vivos.
¡Los vivos!, que con ansia abrasadora,
cuando apenas vivieron
un instante de gloria, un solo día
de júbilo, y mucho antes de haber muerto,
unos a otros sin piedad se entierran
para heredarse presto.

De Rosalía de Castro, En las orillas del Sar

 

La calavera escrita por José Guadalupe Posada, llamada Revumbio de calaveras:[1]

Quien quiera gozar de veras
y divertirse un ratón,
venga con las calaveras
a gozar en el panteón.

Literatos distinguidos
en la hediondez encontré
en gusanos confundidos,
sin ellos saber porqué.

Y en gran tropel apiñados
Los vendedores corrían
contentos y entusiasmados
por el negocio que hacían.

Cereros de sacristía
que roban la cera al rato,
que con mucha sangre fría
se echan el sufragio al plato.

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