martes, 25 de enero de 2011

La época de la Restauración a través de "Calladas rebeldías" (2)

El servicio militar (Miriam Franch, 2ºC de bachillerato)

El servicio militar era obligatorio. A todos los varones les llegaba la hora, cuando cumplían la mayoría de edad, de entrar en el sorteo en el que se determinaba quiénes eran los quintos que ingresaban.
Así comenzaban 12 años de servicio a la patria (3 de servicio activo), que en esa época se enfrascó en dos guerras coloniales, y que eran un seguro de muerte para muchos de los elegidos, que si no perecían por hambre, lo hacían por enfermedades de todo tipo.
 Pero no todos se veían obligados a entrar en el sorteo, pues existía una excepción: la de todos aquellos que pudieran pagar 6000 reales al Estado, la redención, que les eximía del servicio militar.  Esto suponía la utilización de soldados de las clases sociales bajas para la defensa de la patria, lo cual causaba mucha animadversión entre los afectados. 
Esta situación reflejaba claramente la sociedad de la Restauración, una sociedad oligárquica, en la que unos pocos tenían el poder y los privilegios, mientras que la gran mayoría se veía relegada a un segundo plano y muchas veces olvidada.
La astucia de los más humildes era infinita, y muchos se las ingeniaron para librarse de entrar en el sorteo, cegándose de un ojo o cortándose el dedo índice de su mano buena para así no ser capaces de apretar el gatillo de un arma. 
Nuestro protagonista, el Cigüeño, no fue menos, y se las apañó para no cumplir con su obligación de servir a la patria explotando su defecto físico, su escasísima estatura, y encogiendo, a base de pesos sobre sus hombros, los dos centímetros que le sobraban para ser considerado inútil para el ejército, y logrando así su propósito.
Finalmente, el servicio militar obligatorio fue abolido en España en 2001.


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