03/03/2014
Fuente: Familias por la diversidad
A pesar de que hoy en día la homosexualidad es un
hecho cada vez más aceptado socialmente, para muchas personas representa un
problema de aceptación y convivencia social. Especialmente para los más pequeños,
a quienes puede costarles aceptarlo y, sobre todo, afrontar la reacción de
sus compañeros y familiares.
Muchas personas empiezan a darse cuenta de su
homosexualidad durante la adolescencia o incluso un poco antes. A pesar de que la sociedad es cada vez más abierta y tolerante frente a
las personas homosexuales, y parece que su aceptación social aumenta, aún
hoy día muchas personas viven su condición homosexual como un problema.
En el caso de los adolescentes homosexuales (o
preadolescentes) pasan en general por un largo proceso de aceptarse a sí mismos
que puede ser largo y difícil. Especialmente, porque algunas veces el
entorno no les facilita el proceso de aceptación.
Un adolescente gay siente dificultades para
explicar a sus padres la naturaleza de sus sentimientos, y de hecho, antes de
hacerlo, es probable que trate de engañar a los demás, y sobre todo a sí mismo.
Por ello, es importante que la familia transmita confianza a los niños, y
sepa comunicar que siempre ofrecerá apoyo al hijo sea cuál sea su orientación
sexual. De este modo, temerán menos comunicarse con los padres y estos
podrán ayudarle mejor si el hijo lo precisa. En cualquier caso, cuando los
adolescentes explican su homosexualidad a los padres, esperan que la familia
les acepte tal y como son.
El momento de conocer la
noticia
Por muy preparado que se esté, y por muy sensibles que
sean los padres con esta posibilidad, la noticia inicial siempre provoca una
sorpresa, y debe ser asimilada. Una reacción típica de los padres puede ser
tratar de reinterpretar lo que el hijo les ha dicho, o preguntarle varias veces
si está seguro. Es un hecho a evitar, pues por más veces que se pregunte, la
realidad no va a cambiar. Los padres deben saber que, en realidad, la
homosexualidad es una expresión más de la sexualidad humana, y por lo tanto no
es un hecho degradante ni se trata de una enfermedad.
Además, los padres deben comprender que el hijo o hija
no ha elegido ser homosexual. Simplemente es una realidad, y tu hijo debe
vivir de acuerdo con ella, respetándose a sí mismo, a los demás y tratando de
ser feliz y hacer felices a los suyos. En este punto, es importante que
tengas presente que la sexualidad no es orientable ni modificable, y tratar de
cambiar a un hijo en este sentido es siempre un error.
Culpabilidad y miedos
Puede darse el caso de que los padres se sientan
culpables, o incluso que traten de culpabilizar a la pareja. Un
hecho que debe evitarse, pues nadie tiene la culpa de la homosexualidad ni, de
hecho, existe “la culpa”. Otro sentimiento que puede invadirte si tu hijo te
explica su homosexualidad es el miedo a que sea diferente y al trato que puedan
darle los demás. Los siguientes tres consejos pueden ayudarte a deshacerte de
este sentimiento:
- Tratad de aprender y crecer juntos como personas, dejando el miedo a
un lado. Descubrid poco a poco la nueva realidad y conocedla lo mejor
posible. Comprender mejor la realidad de gays, lesbianas, bisexuales y
transexuales elimina muchas de las preocupaciones que los padres pueden
sentir.
- Orienta tu comprensión hacia tu hijo, y observa qué actitudes o
palabras pueden herirle.
- Evita sentir frustración por no haber detectado la homosexualidad en
tu hijo. Recuerda que es una realidad que no puede cambiar, así que
haberlo sabido antes no te habría permitido impedirlo.
Aceptación de la
realidad
Los padres deben llegar a esta fase. Así, la comunicación con el hijo sobre el hecho de su sexualidad les
resultará, poco a poco, algo natural y carente de cualquier dramatismo. Una vez
más, en este punto, la comunicación se presenta como algo fundamental.
Un hecho importante es reconocer el esfuerzo, y muchas
veces, la angustia que habrá tenido que sufrir un hijo para aceptarse tal como
es. Que los padres lo admitan es algo que puede ayudarle mucho, así como
pedirle disculpas si en algún momento no se le ha prestado toda la comprensión
que se le podía dar.
Un punto destacable es no volver atrás, a otros puntos
del proceso. Volver a intentar negar la realidad, volver a
examinar las posibles causas de la homosexualidad o sentir culpabilidad de
nuevo son cosas que pueden hacer que el adolescente no se sienta aceptado
nunca. Otra actitud a evitar es la resignación de carácter fatalista (mi hijo
es así, no ha podido evitarlo, qué se le va a hacer). Recuerda que una
tendencia sexual no es ni una suerte ni una desgracia, simplemente es un hecho
con el cual convivir.
Referencia bibliográfica:
Guía para padres y
madres: ¿Qué hacer cuando un hijo o una hija nos dice: mamá, papá, soy gay;
papá, mamá, soy lesbiana? Familias por la diversidad, Arco
Iris Federación Andaluza. 2013.
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