martes, 26 de enero de 2016

¿Tu hijo o tu hija te ha dicho que es homosexual? Acompáñalo/a y muéstrale todo tu apoyo



03/03/2014

A pesar de que hoy en día la homosexualidad es un hecho cada vez más aceptado socialmente, para muchas personas representa un problema de aceptación y convivencia social. Especialmente para los más pequeños, a quienes puede costarles aceptarlo y, sobre todo, afrontar la reacción de sus compañeros y familiares.
Muchas personas empiezan a darse cuenta de su homosexualidad durante la adolescencia o incluso un poco antes. A pesar de que la sociedad es cada vez más abierta y tolerante frente a las personas homosexuales, y parece que su aceptación social aumenta, aún hoy día muchas personas viven su condición homosexual como un problema.
En el caso de los adolescentes homosexuales (o preadolescentes) pasan en general por un largo proceso de aceptarse a sí mismos que puede ser largo y difícil. Especialmente, porque algunas veces el entorno no les facilita el proceso de aceptación.
Un adolescente gay siente dificultades para explicar a sus padres la naturaleza de sus sentimientos, y de hecho, antes de hacerlo, es probable que trate de engañar a los demás, y sobre todo a sí mismo. Por ello, es importante que la familia transmita confianza a los niños, y sepa comunicar que siempre ofrecerá apoyo al hijo sea cuál sea su orientación sexual. De este modo, temerán menos comunicarse con los padres y estos podrán ayudarle mejor si el hijo lo precisa. En cualquier caso, cuando los adolescentes explican su homosexualidad a los padres, esperan que la familia les acepte tal y como son.

El momento de conocer la noticia
Por muy preparado que se esté, y por muy sensibles que sean los padres con esta posibilidad, la noticia inicial siempre provoca una sorpresa, y debe ser asimilada. Una reacción típica de los padres puede ser tratar de reinterpretar lo que el hijo les ha dicho, o preguntarle varias veces si está seguro. Es un hecho a evitar, pues por más veces que se pregunte, la realidad no va a cambiar. Los padres deben saber que, en realidad, la homosexualidad es una expresión más de la sexualidad humana, y por lo tanto no es un hecho degradante ni se trata de una enfermedad.
Además, los padres deben comprender que el hijo o hija no ha elegido ser homosexual. Simplemente es una realidad, y tu hijo debe vivir de acuerdo con ella, respetándose a sí mismo, a los demás y tratando de ser feliz y hacer felices a los suyos. En este punto, es importante que tengas presente que la sexualidad no es orientable ni modificable, y tratar de cambiar a un hijo en este sentido es siempre un error.

Culpabilidad y miedos
Puede darse el caso de que los padres se sientan culpables, o incluso que traten de culpabilizar a la pareja. Un hecho que debe evitarse, pues nadie tiene la culpa de la homosexualidad ni, de hecho, existe “la culpa”. Otro sentimiento que puede invadirte si tu hijo te explica su homosexualidad es el miedo a que sea diferente y al trato que puedan darle los demás. Los siguientes tres consejos pueden ayudarte a deshacerte de este sentimiento:
  • Tratad de aprender y crecer juntos como personas, dejando el miedo a un lado. Descubrid poco a poco la nueva realidad y conocedla lo mejor posible. Comprender mejor la realidad de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales elimina muchas de las preocupaciones que los padres pueden sentir.
  • Orienta tu comprensión hacia tu hijo, y observa qué actitudes o palabras pueden herirle.
  • Evita sentir frustración por no haber detectado la homosexualidad en tu hijo. Recuerda que es una realidad que no puede cambiar, así que haberlo sabido antes no te habría permitido impedirlo.
Aceptación de la realidad
Los padres deben llegar a esta fase. Así, la comunicación con el hijo sobre el hecho de su sexualidad les resultará, poco a poco, algo natural y carente de cualquier dramatismo. Una vez más, en este punto, la comunicación se presenta como algo fundamental.
Un hecho importante es reconocer el esfuerzo, y muchas veces, la angustia que habrá tenido que sufrir un hijo para aceptarse tal como es. Que los padres lo admitan es algo que puede ayudarle mucho, así como pedirle disculpas si en algún momento no se le ha prestado toda la comprensión que se le podía dar.
Un punto destacable es no volver atrás, a otros puntos del proceso. Volver a intentar negar la realidad, volver a examinar las posibles causas de la homosexualidad o sentir culpabilidad de nuevo son cosas que pueden hacer que el adolescente no se sienta aceptado nunca. Otra actitud a evitar es la resignación de carácter fatalista (mi hijo es así, no ha podido evitarlo, qué se le va a hacer). Recuerda que una tendencia sexual no es ni una suerte ni una desgracia, simplemente es un hecho con el cual convivir.

Referencia bibliográfica:

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